martes, 8 de enero de 2013

PALABRAS DE VIDA




Serie:
Preparativos para recibir a
Jesucristo en ocasión de su
Pronta venida.

Tema:
Lo que la Biblia enseña:
Acerca de:
La Ley de Dios

Segunda parte: La perpetuidad de la Ley de Dios.

3- ¿Cómo se optiene la salvación?

Leemos en Romanos 3:28:

“Así, concluimos que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la Ley”.

En tanto que Efesios 2:8 y 9 nos dice:

“Porque por gracia habéis sido salvos por la fe. Y esto no es proviene de vosotros, sino que es don de Dios”.

La salvación, Dios la otorga totalmente gratis a los que se dejan salvar. Para salvarse no hay que hacer ninguna obra; solo basta que reconozcamos el sacrificio que hizo Jesús en la cruz del calvario y estar dispuestos a obedecerlo en todo.

Después que somos salvos por Cristo, entonces debemos responder positivamente al llamado que nos hace Jesús en Juan 14:15, “si me amáis, guardaréis mis mandamientos”.
Primero somos salvos; después guardamos los Mandamientos de Dios.

¡Que todo eso quede bien claro!

4-¿La fe anula la Ley?

Romanos 3:31, tiene la respuesta:

“Entonces, ¿anulamos la Ley por la fe? ¡De ninguna manera! Al contrario, confirmamos la Ley.

¿Qué fue lo que dijo Pablo? ¿Qué la fe anula la Ley? El dice que es todo lo contrario; la fe lo que hace es confirmar la Ley. Es decir, que la fe mantiene la Ley.

5- ¿Cuál es el propósito de la Ley?
En romanos 3:20, leemos:

“Porque por las obras de la Ley ninguno será justificado ante él, ya que por la Ley se conoce el pecado”.

Y romanos 7:7 agrega: “¿Qué diremos pues? ¿Es la Ley pecado? ¡De ninguna manera! Al contrario, yo no hubiera conocido el pecado, sino por medio de la Ley.

Porque tampoco hubiera conocido la concupiscencia, si la Ley no dijera: “No codiciarás”.

Por lo que deducimos que el propósito de la Ley es dar a conocer el pecado.

6- ¿A quién nos conduce la Ley?

La respuesta la encontramos en Gálatas 3:24.

“Así, la Ley fue nuestro tutor para llevarnos a Cristo, para que seamos justificados por fe”.

Si como dice Juan el Bautista:!Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29), es natural que al contemplar la Ley de Dios nos damos cuenta de los pecados que estamos cometiendo, y por lo tanto, la Ley nos lleva a Cristo quien es el único que puede limpiarnos de todo pecado.

Esta segunda parte continuará…

¡Qué el Señor nos bendiga a todos!
“Amen”

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