Estatuas vivientes.
o Mientras esperábamos turno en una institución bancaria
observábamos una escena que nos llamó mucho la atención.
o Un señor envejeciente, no tanto por lo cronológico
sino por su deterioro avanzado, dirigió sus palabras hacia una joven.
o El trataba de aconsejarla para que evitara
llegar a caer en el estado sufriente en el que él se encontraba.
o Sin embargo, ella ni lo miraba, como si no estuvieran
hablando con ella.
o El desplante fue tan grande, que a dicho señor
no le quedó otra alternativa que cambiar inmediatamente de audiencia; el parecía
tener mucha necesidad de comunicar sus sentimientos.
o Así como dicha muchacha, son muchos los seres
humanos que se exhiben con un aspecto grisáceo sepulcral.
o Sin reflejar el mas mínimo sentimiento de
respeto, amor e interés por los demás.
o Como si la sangre no circulara por sus venas y
arterias; como si fueran verdaderas estatuas vivientes.
o Semejantes seres humanos fácilmente pueden ser
despreciables.
o Bueno les seria que escucharan la voz del que
todo lo puede: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia”. (Juan 10:10).
Autor:
Ing. Silvio Peña Jorge.
Celular: 829-214-3413, tel.809-572-5050
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