PALABRAS DE VIDA

Serie:

Preparativos para recibir a

Jesucristo en ocasión de su

Pronta venida.

Tema:

Lo que la Biblia enseña:

Acerca del:

“Perdón de los pecados”

Segunda parte: Obteniendo el perdón.

3- ¿Qué reconocimiento sincero debe experimentar el pecador? En Lucas 18: 10 – 13, esta la respuesta:

“Dos hombres subieron al templo a orar; uno fariseo, el otro publicano. El fariseo oraba de pie consigo mismo, de esta manera: “Dios, te doy gracias que no soy como los demás hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano. Ayuno dos veces a la semana, y doy el diezmo de todo lo que gano.

Pero el publicano quedando lejos, ni quería alzar los ojos al cielo, sino que golpeaba su pecho, diciendo: Dios, ten compasión de mí, que soy pecador.

Os digo que este descendió a su casa justificado, pero el otro no. Porque el que se enaltece sera humillado; y el que se humilla, sera enaltecido.

Entonces ¿Qué reconocimiento sincero debe experimentar el pecador?

El reconocer que es pecador, que necesita el perdón de Dios.

Es triste oír decir a muchas personas: “Yo no tengo de que arrepentirme, pues no mato, ni robo, no le hago daño a nadie, etc, etc, etc. ¡Qué tan equivocados estan!

Todos somos pecadores y todos necesitamos el perdón de Dios.

Al perdonarnos Dios, y aceptar a Cristo como nuestro Salvador, entonces el Señor nos justifica, es decir nos hace justos por los meritos de su Hijo Jesucristo.

¿Qué profundo sentimiento es indispensable para que Dios nos perdone? En Hechos 2:37, 38 leemos:

“Al oír esto se dolieron de corazón, y preguntaron a Pedro y a los otros apóstoles: “Hermanos ¿Qué haremos?”.

Pedro contesto: “Arrepentíos, y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados. Y recibiréis el don del Espíritu Santo”.

¿Qué profundo sentimiento es indispensable para que Dios perdone nuestros pecados?

Ese sentimiento es el del arrepentimiento.

4- ¿Qué se debe hacer con los pecados?

La respuesta la podemos extraer de Salmos 32:3 – 5.

“Mientras calle, se envejecieron mis huesos porque de día y de noche se agravo sobre mi tu mano. Mi verdor se volvió en sequedad de verano. Entonces te declare mi pecado, y no encubrí mi culpa”.

Dije: “confesare mis rebeliones al Señor”. y tu perdonaste la maldad de mi pecado.

¿Qué se debe hacer con los pecados?

La respuesta es: Confesarlos, comunicárselos a Dios.

Al confesar nuestros pecados a Dios estamos indicando que los estamos reconociendo, y eso le permite a Dios obrar para perdonarnos.

Continuará…

¡Que el Señor nos bendiga a todos!

“Amen”

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