martes, 18 de junio de 2013

INEDITA


No debemos esperar que se presenten las circunstancias: debemos provocarlas.

Eso es lo que en esencia sugiere el Doctor Braulio Pérez Marcio en su importantísimo libro “La Conquista del Éxito”.
Son muchos los jóvenes que anhelan alcanzar elevadísimos sueños, pero concluyen que les es imposible lograrlos, pues no son hijos de un don fulano, ni heredero de fortunas, no disponen de un trabajo que les permita un ahorro significativo, no tienen quien les preste. Ellos ven los frutos como muy altos y piensan que es imposible alcanzarlos. Se sienten incompetentes, por lo que desisten de emprender sus metas y terminan reducidos como simples empleados aburridos, ansiosos porque la jornada termina para marcharse hacia sus respectivos hogares lo más pronto posible.
Pero ¡cuán engañados están!. Su falta de auténtica visión no les permite captar los puntos estratégicos de sus específicos mapas del éxito.
Para demostrar que si se puede, que podemos alcanzar grandes metas en nuestra vida mediante la provocación premeditada y calculadamente de circunstancias en cadena, vamos a presentar el siguiente caso hipotético de un adolescente de familia pobre que no dispone ni para comprar un alicate, sin embargo, sueña con ser dueño de una tienda de repuestos de vehículos.
A este joven lo identificaremos con el nombre de Pedrito.
Ya sabiendo Pedrito el puerto hacia dónde quiere llegar (ese puerto es su sueño de ser dueño tienda de repuesto), establece todo un mapa de ruta, con las circunstancias especificas que debe provocar.
Primera circunstancia a provocar: estar en condición de ser atractivo para ser escogido para participar en un curso de mecánica automotriz en Infotep).
Para ello se dirige hacia el dueño de un taller de mecánica,  le pide que le permita ir a ayudarle, que no necesariamente tiene que pagarle, que su objetivo es aprender sobre mecánica.
El maestro de mecánica acepta, y así Pedrito se integra a hacer lo que le manden.
Al cabo de seis meses de estar en el taller, Pedrito se dirige a la oficina de Infotep para que lo incluyan en el próximo curso de mecánica.
Allá se le informa que el siguiente curso comienza la siguiente semana y recibe la autorización para participar en el mismo.
Siguiendo su mapa de éxito, Pedrito sigue avanzando, capacitándose en su curso de mecánica, para provocar la segunda circunstancia; obtener un diploma para solicitar trabajo como mecánico en una empresa respetable.
Pedrito se gradúa y con su titulo de mecánica solicita trabajo. No duró ni un mes para conseguir su primer empleo (casi 100% de los egresados de Infotep logran pronto su empleo).
Para lograr eso, Pedrito trabaja arduamente, y mensualmente ahorra lo más que puede. El busca acumular cierto capital hasta un nivel que le permita solicitar y obtener un préstamo.
Ya con cierto ahorro acumulado, Pedrito solicita y obtiene el préstamo, con lo cual compra un solar.
Sigue trabajando, paga cuotas mensuales del préstamo de manera religiosa (correcta) y termina de pagar sus compromisos bancarios.
Así provocó la circunstancia de estar preparado para hacer el siguiente préstamo.
Esta vez para construir la estructura física de lo que será su propio tallerde mecánica.
Sigue trabajando, ahorrando y pagando puntualmente su compromiso bancario.
Termina de pagar su último préstamo.
De esa manera provocó la circunstancia de solicitar su próximo préstamo.
Esta vez para comprar los equipos y herramientas especiales de su propio taller.
Continúa trabajando, ahorrando y pagando su último préstamo.
Pedrito termina de pagar sus compromisos.
Adquiere todo lo necesario para inaugurar su propio taller.
Como en sentido general las empresas en sus inicios suelen no ser rentables, Pedrito decide seguir laborando en la empresa que lo contrató, y decide contratar un mecánico amigo suyo que no estaba trabajando, para que estuviera en el taller en las horas que él no podía estar.
De esta manera Pedrito trata de eliminar todo riesgo de fracaso y de desesperación.
Se pone de acuerdo con su colega mecánico, para que su empleado reciba un prudente porcentaje de los trabajos que él haga.
El tiempo fue pasando y el taller obtiene una buena clientela.
Por lo que Pedrito descubre que le era más rentable dedicarse por completo a trabajar en su propio taller, por lo que decidió renunciar de su trabajo.
Ahora Pedrito se esfuerza en su propio taller. Sigue ahorrando, le sigue yendo bien.
Hace otro préstamo lo termina de pagar. ¿Y para qué? para provocar la circunstancia de construir la estructura física de lo que será su anhelada tienda de repuestos.
Construye su propio local de tienda de repuestos.
Hace un siguiente préstamo y sigue ahorrando para hacer su primera compra de al por mayor.
Debido a las buenas relaciones que cultivó con suplidores de repuestos, logró que varios de ellos le facilitaran por consignación todos los repuestos y piezas que le faltaban.
Ahora Pedrito se dispone a hacer todos los preparativos necesarios para inaugurar su propia tienda de repuestos.
Y de esta manera aquel joven de 18 años, carente de recursos económicos, se convirtió a los 32 años de edad en un próspero empresario de repuestos de vehículos.
Después de haber alcanzado su gran sueño, contrajo nupcias con una distinguida joven profesional de unos 27 años de edad, con la que procreo una hermosa familia.
Concluimos esta INEDITA destacando que importantes metas pueden y deben ser alcanzadas, si tenemos la suficiente visión de lo que queremos y podemos lograr, si reconocemos los pasos que hay que dar, cómo darlos y en los mementos precisos.
Y si estamos dispuestos al sacrificio que sea necesario asumir.

Y para que sea un éxito verdadero es imprescindible que lo que nos propongamos alcanzar sea primero aprobado por Cristo y que su Espíritu Santo sea nuestro guía. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario