Probablemente pasaban de las 10 de la noche.
Ya todos estaban acostados.
Al parecer todos dormian.
Cuando de repente, el ruido de un fuerte golpe despertó al autor de esta revista.
De inmediato la incertidumbre se apoderó de él.
Quizás se preguntó y ¿y qué fue eso?
Pues, nada, ho habia mucho tiempo para averiguar.
Y sin mediar palabras se inventó una escena irreal.
!Ay que dolor tengo!
!Me duele la barriga!
Y así siguió gritando, con la intención de que lo
escuchara todo el mundo.
A escasos minutos casi todos estaban levantados.
El supuesto adolorido se levantó e invitó a los demás a
ver la puerta que va al patio, y con un tono miedoso cogió un palo para empujar
dicha puerta, y tal como lo suponía, la misma se abrió suavemente.
Al salir hacia afuera encontraron una mandarria. Y al otro día se escuchaban frases como: " A fulano le robaron un colchón, a perencejo tal cosa, y así por el estilo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario