miércoles, 4 de marzo de 2015

INEDITA


Trate al (la) que ande solo(a) como si estuviera acompañado(a).

o Esta reflexión nace de la triste experiencia que vivió el autor de esta revista en momentos en que una niña amiguita de su esposa la llamaba mientras ella descansaba.
o Al oír la voz infantil de lejos, él respondió:
o "!Ella está acostada! !Ella esta acostada!, expresión que podría ser interpretada como si le estuviera diciendo: "No la moleste, ven más tarde".
o Dicho señor jamás precavió que la niña andaba acompañada con un amigo de su Padre.
o Al enterarse de ello, el sintió un impacto emocional muy profundo, al creer que su padre se enteraría de su reacción ante el llamado de su hija.
o Reacciones de este tipo pueden afectar significativamente las relaciones humanas, sobre todo cuando ocurren entre personas con un elevado grado de amistad.
o Una postura correcta hubiera sido que dicho señor, al escuchar que llamaban a su esposa, saliera afuera y dialogara pausadamente con la niña, y hasta con su esposa, si fuera posible, para ver si ella la podía recibir en ese momento, y no responder impulsivamente como lo hizo.
o Al reflexionar sobre dicha experiencia, debemos tener siempre presente que mientras las paredes pueden oír, nuestros ojos no siempre lo ven todo.
o Por lo que debemos ser siempre prudentes con lo que hablamos, hacemos y hasta con lo que pensamos, pues aunque creamos que en nuestra cercanía no hay ninguna otra presencia humana, Dios está en toda parte y lo percibe todo, y a Él en algún momento habremos de dar cuentas.

o Así es que, antes de hablar, pensemos bien y reflexionemos bien, de suerte que nunca hagamos mal con nuestros labios a nuestros relacionados, y que por el contrario, seamos siempre personas de bien para con todo el mundo. 

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