El que desee
alcanzar el éxito y no está dispuesto a sacrificarse, que se olvide eso.
Es una ley de la
vida.
Pues el éxito
parece ser producto de:
Hambre,
Larga lucha,
Humillación,
Pérdida de
sueño,
Y quien sabe, si
hasta de burla,
Pero la buena
noticia es que:
Con la ayuda de
Dios,
El esfuerzo
propio decidido y consumado,
La debida preparación,
Y la necesaria perseverancia, el verdadero éxito es
totalmente posible de alcanzar.
¡Ojalá que todos
lo podamos entender!
Y Manos a la
obra!
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