miércoles, 9 de octubre de 2013

INEDITA



Vivir en casa ajena: un pacho no fácil de pegar.



o  Desventajas para el arrimado:
o  Por lo general no disfruta de todo la libertad y confianza que experimentaría si viviera en su propia casa.
o  Tiene que adaptarse a las condiciones que establezcan los jefes del hogar.
o  Suele sufrir ciertas discriminaciones y menosprecios.
o  No importa tanto como los miembros propios originales del hogar.
o  La situación se complica más cuando no dispone de una llave particular para entrar a la casa; muchas veces tiene que esperar horas muertas.
o  Tiene que comer y beber lo que le den.
o  Pueda que no sea de agrado el que con o sin razón se levante tarde.
o  Tiene que pedir permiso para recibir visita.
o  No le es fácil invitar a alguien a comer.
o  Si le gusta el concón pueda que se exima de ir a raparlo.
o  Siempre deberá esperar que le sirvan la comida.
o  Si lleva algo de alimento a la casa probablemente los demás  miembros del hogar usen del mismo sin necesariamente pedirle permiso.
o  Puede experimentar sensibilidad ante ciertas expresiones indirecta:
o  “si la gente supiera lo trabajo que es ganar dinero”
o  “como está la situación no es fácil mantener un hogar”.
o  “esta casa parece un corral de animales”.
o  “mamá, ya tú estás muy agotada; tú no tienes necesidad de matarte tanto, tus hijos son hombres y mujeres, que preparen ellos sus propias comidas”.
o  Y así sucesivamente.
o  Pero mucho cuidado: el anfitrión también sufre.           Sacrificios que podrían experimentar los dueños de la casa mientras tienen una o varias visitas viviendo permanentemente en su hoga:
o  Se reduce su libertad de poder vestir muy informal.
o  Suelen aumentarse los gastos del hogar.
o  Se reduce significativamente la intimidad y la discreción.
o  Hay un aumento de tensión y estrés entre los miembros naturales del hogar.
o  Podrían surgir otros elementos no agradables más.                  En que definitiva, tener huésped por un día, varios días o permanente, representa un esfuerzo físico y emocional para los dueños del hogar, lo cual debe ser tomado en cuenta antes de albergar o solicitar albergue.
o  No obstante todo esto , si alguien le solicita hospitalidad por un día, varios días, o permanentemente por un tiempo significativo, sea prudente antes de decir si o no.
o  Diga que deberá consultar primero con los demás miembros del hogar y sobre todo a nuestro padre celestial. No responda a la ligera.
o  Si la prudencia le dice que puede y debe hacer el favor, hágalo directa o indirectamente, que Dios se lo pagará, y tenga siempre presente, que antes de hacer un bien cerciórese  bien y así evitar cual quier inconveniente peligroso a su familia.
o  Y si le toca vivir en casa ajena compórtese de manera tal que cuando se vaya de ese hogar, todos lo lamenten, y ninguno se alegre, porque su estadía se constituyó en bendición y nunca en carga despreciable.


Autor:
Ing. Silvio Peña Jorge.
Celular: 829-214-3413

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