De la Idea a la Acción.
¡Cuántas cosas nos vienen a la mente!
o A veces nos imaginamos desarrollando un determinado
proyecto.
o Y hasta casi disfrutando de sus posibles buenos
resultados.
o Pero por lo general todo queda ahí: en nuestra mente.
o Sueños vienen, sueños van, y nada de despertar, nada
de accionar.
o ¿Qué cuesta ensayar aunque sea en miniatura, una o
varias de las ideas que hemos captado?
o A lo mejor no alcancemos el éxito en nuestra primera
aventura, en nuestro primer accionar.
o Pero de algo podemos estar seguros: con nuestro tratar
de luchar por poner en práctica nuestra idea, a ver si da buen resultado;
independiente de que nos vaya bien o no en uno o varios intentos de poner en práctica
lo que nos imaginamos, que puede ser beneficioso o no; con ese esfuerzo de hacer
realidad algo que soñamos estaremos mellando (degastando) la coraza de nuestra
jaula que nos mantiene atrapados en la mediocridad de lo común, de lo fofo, de
lo sin sabor, de lo aparentemente cómodo, pero al mismo tiempo esclavizante y
lentamente mortal.
o Poniéndonos en las manos del Señor y capacitándonos lo
más posible, lancémonos desde ahora a ejecutar una o varias de las ideas
promisorias que llevamos en nuestra mente, las que creemos pueden ser de
beneficio nuestro y de los demás.
o Sigamos avanzando en nuestro esfuerzo y anhelo de ser
verdaderamente victoriosos, no importa en los inventos intermedios en los que
aparentemente tengamos que fracasar; si no desmayamos y perseveramos
firmemente, es muy probable que llegue el momento en el que al tocar la roca de
nuevo veamos fluir todo aquello que anhelamos, lo cual puede ser de tanto gozo
que muy difícilmente podamos pronunciar.
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